¿Qué debo valorar al elegir un postgrado?

La oferta de movilidad internacional, los contenidos y el prestigio de los profesores son algunas de las claves para elegir un curso que se adapte a la hoja de ruta profesional

En el contexto de tejidos económicos complejos y entornos profesionales dinámicos, la elección de estudios de postgrado es una cuestión fundamental en la construcción de una carrera profesional. Si el grado es el camino que conduce a la vocación, el postgrado marca la ruta hacia el desarrollo profesional.

La decisión sobre los estudios de postgrado, en primer lugar, tiene que fundamentarse en una hoja de ruta profesional lo más precisa posible. Hay que saber qué se quiere hacer, qué proyección ofrece el sector, qué puede aportarnos y en qué podríamos aportar. Se trata, en definitiva, de hacer una reflexión de segundo grado, más afinada, sobre la propia vocación.

Una vez determinado este aspecto personal, hay que sumergirse en un análisis pormenorizado de la oferta de postgrado disponible. En el sistema universitario actual se distingue entre másteres profesionales y de investigación. Como su nombre indica, los profesionales se orientan al ejercicio en un determinado sector profesional y suelen tener un componente práctico dominante. Los de investigación son títulos habilitantes para desarrollar una actividad investigadora.

En la valoración de un máster, hay que sopesar diversas variables. En primer lugar, estudiar a fondo los contenidos y constatar que, efectivamente, se ajustan a las expectativas y no resultan reiterativos con la formación antes recibida. Junto a ello, es fundamental ponderar el prestigio y nivel de los profesores que imparten el postgrado.

Frecuentemente, un máster se compaginará con otras actividades, ya sean laborales o formativas. Es recomendable valorar la metodología, la distribución de créditos, las características de las prácticas o el tipo de clases (presenciales/on line) desde la óptica de las circunstancias personales.

También es importante el enfoque que cada universidad imprime al máster o postgrado. Para conocer este aspecto, resulta especialmente útil hablar con antiguos alumnos de la titulación que se valora cursar. En la elección de la universidad es útil interesarse por las conexiones con el mundo profesional del máster o el postgrado y con qué red de convenios cuenta.

En relación con este asunto, es bueno interesarse por si el máster o postgrado se imparte en colaboración con una empresa o institución o por entre varias universidades. A menudo, la confluencia de instituciones enriquece el programa de postgrado, ya que cada una aporta su valor diferencial. Además, puede servir para multiplicar contactos que ayudarán a la proyección profesional.

La conexión con el mundo profesional es clave en programas de postgrado. Será muy valioso contar con índices de empleabilidad vinculados a cada máster y conocer cómo funciona el servicio de carreras profesionales de la universidad.

Finalmente, en un mundo globalizado, el hecho de que el máster proporcione una experiencia de movilidad internacional puede marcar la diferencia. Sobre todo, si la estancia en el extranjero se produce en países estratégicos para el sector en el que se desea hacer carrera.

En definitiva, múltiples variables que se deben poner en la balanza y evaluar en función del futuro que la persona imagine para sí.


El primer día en la universidad ¿Qué me espera a partir de hoy?

Ha llegado septiembre. Atrás han quedado los nervios del examen de acceso a la universidad, las cábalas sobre las notas medias, las dudas acerca de qué grado cursar... Es el momento de poner el pie en la universidad por primera vez. El bachillerato fue un buen campo de pruebas, pero está claro que ser universitario representa un salto importante. Es jugar en otra división. Se entiende, por tanto, que algunas incertidumbres asalten al estudiante en las primeras semanas en el campus.

Sin embargo, si repara en ello, el universitario primerizo se dará cuenta de que lleva mucho tiempo preparándose y que tiene en su mochila experiencias que le ayudarán a adaptarse. Hoy la universidad no es una realidad que viva de espaldas a los colegios e institutos. Antes de concluir el bachillerato, el estudiante ha tenido oportunidad de participar en actividades que le han acercado a la realidad universitaria.

A pesar de todo, lo natural es que surjan dudas. Preguntas que buscan respuestas. Afortunadamente, el recién llegado tiene dónde encontrarlas. El Servicio de Atención al estudiante es el lugar indicado para informarse, orientarse o asesorarse. Ninguna preocupación es banal y más cuando el centro ofrece un seguimiento personalizado del desarrollo del alumno, tanto a través de servicios de atención como mediante tutorías sistemáticas. Sin olvidar al Servicio de Atención Psicológica, a cuya ayuda hay que recurrir sin ningún tipo de reticencia.

Precisamente, lo que un joven debe esperar de su período universitario es crecimiento. Los créditos, los exámenes, las clases y los trabajos son sólo la parte elemental, el esqueleto de un cuerpo que hay que alimentar con experiencias enriquecedoras. No se trata sólo de atesorar conocimiento, el estudiante debe aspirar a que la universidad saque lo mejor de sí. Pocas etapas de su vida tendrá con tantas posibilidades a su alcance: deportes, biblioteca, clubes de lectura, música, clubes de emprendimiento, sociedades de debate o grupos de estudio sobre materias específicas.

Por supuesto, la universidad debe servir para adquirir otra visión del mundo, más amplia y diversa. El contacto con otras culturas, con personas de otros países, es clave para desarrollar una mirada amplia de la realidad. La red de acuerdos internacionales y las facilidades para estudiar varios idiomas son algunas de las cartas que las universidades ponen a disposición del alumno para que jueguen en el tablero de la globalización.

Sin embargo, hay que saber que no hace falta ir muy lejos para desarrollar conciencia de otras realidades, de problemas que crecen y se agravan cerca de nosotros. El voluntariado es una forma de conocer el lado sombrío de nuestras sociedades y echar una mano para aliviar la situación de personas que sufren. Esto es crecer con mayúsculas.

En definitiva, lo que un universitario debe hacer desde el primer día es tener los ojos bien abiertos. Ayudar y dejarse ayudar. Con esta disposición, le será más sencillo sacar todo el jugo a los años de universidad y encontrar su sitio en el mundo. Para esto último, los estudiantes de cuentan con la gran ayuda del Servicio de Prácticas y Empleo y con la certeza de que, incluso después de haber terminado los estudios, su universidad, a través del Servicio de Alumni, estará para siempre dispuesta a darles el empujón que necesitan para seguir avanzando.


Èxit a la universitat des del primer dia

El primer any a la universitat és, possiblement, el capítol més intens d’una etapa que marca. I l’emoció ve donada en gran manera per la novetat. Al final del Batxillerat, l’Institut o el Col·legi ja és un territori conegut i arribar a la universitat significa sortir a camp obert, lluny de la zona de confort. Diferents mètodes, diferents formes d’avaluar o nous amics, són alguns dels estímuls que esperen en primer curs al campus.

Alguns dels passos per iniciar amb èxit la primera experiència universitària són:

1. Interpretar els canvis positivament
El primer pas per iniciar amb èxit la primera experiència universitària és interpretar tots els canvis com a incentiu. Cal entendre que es plantegen nous desafiaments i que, si es vol treure tot el suc a l’experiència, s’ha d’estar disposat a fer un pas més enllà de la línia que fins avui marcava el límit.

2. Tenir una bona predisposició
I aquesta actitud de cerca ha de començar en el plànol de les relacions personals. La manera de ser i d’aprendre universitari és més obert, s’expressa en el diàleg, en el contrast d’emocions, pensaments i conviccions amb persones diverses. Per tant, és fonamental una actitud receptiva i disposada a establir contacte amb el nombre més gran de companys possible. Alguns acabaran sent amics per a tota la vida, uns altres, un record que s’evocarà amb simpatia i, per què no reconèixer-ho, també hi haurà qui no deixi marca massa duradora, però tots poden donar alguna cosa diferent. Part crucial del creixement com a universitari és aprofitar aquesta riquesa.

3. Aprofitar les tutories
També cal treure el màxim partit del professor. Assistir a classe des del primer dia, portar al dia l’assignatura i no tenir cap problema a preguntar i posar en comú els dubtes. Les tutories personalitzades que ofereixen les universitats, és l’espai ideal per aprofundir o resoldre qüestions relacionades amb la matèria. El tutor també és una figura clau en l’orientació de l’alumne de cara a traçar la seva vocació professional.

4. La lectura
L’universitari deu també establir una relació especial i freqüent amb les lectures. Sempre cal tenir a mà alguna cosa que llegir: manuals complementaris, assajos, premsa i, fins i tot, gènere de ficció. Formar-se de manera autònoma a través de la lectura és clau per desenvolupar una visió àmplia del món. No cal limitar-se als estrets marges de les anotacions.

5. Activitats fora de l’aula
Des del primer curs, l’estudiant és membre de ple dret de la Facultat. Aquesta posarà al seu abast possibilitats de realització personal molt diverses: activitats culturals, voluntariat, esports…Tot forma part de l’experiència.

6. Experiència internacional
A més, és recomanable tenir present l’oportunitat de viure una experiència internacional mitjançant un programa d’intercanvi o de realitzar pràctiques professionals.

L’èxit de l’etapa universitària no radica només en el títol, sinó en el creixement que s’arribi aconseguir. I es comença des del primer dia.


¿Qué clase de personas necesitan los departamentos de marketing?

El marketing juega actualmente un papel clave en las empresas. Una parte notable del éxito de éstas discurre ligado a las decisiones que se tomen en el área de marketing, ya que de ella depende el comportamiento de la demanda, que, al fin y al cabo, es el fundamento de la viabilidad de toda compañía.

Si el marketing es un aspecto estratégico dentro de la organización, es clave que el profesional sea una persona capaz de responder al reto, por formación, actitud y aptitud. Pocas actividades como el marketing aportan una visión tan omnicomprensiva del conjunto de valores de una organización, y la persona que se dedique a ello tiene que presentar un perfil acorde a esta diversidad de enfoques. ¿Qué cualidades personales hay que tener para poder atender a esta visión de 360º?

Debe tener facilidad para comprender la función social de la empresa, el análisis de problemas, su diagnóstico y la proposición de soluciones, capacidad analítica, de síntesis y de relación con el grupo, facilidad de comprensión y de abstracción, creatividad, facilidad de expresión, sociabilidad, con amplia visión del mundo y perspectiva sobre su posible evolución.

Sentir pasión por lo que hace, cuanta más pasión, más productividad y mejores resultados. Tener la capacidad de ver más allá, crear sueños, ilusionar y emocionar.

Saber escuchar a la gente de alrededor y sobre todo a la gente de fuera, escuchar a clientes, a colaboradores, etc. es una buena forma para comprender el mercado y conocer sus necesidades.

El marketing, y más con la vertiente digital, está en un constante proceso de actualización y para estar al tanto de todas las novedades y no quedarse obsoleto, la formación es fundamental. Hay que tratar de diferenciarse lo máximo posible. Siempre queriendo aprender cosas nuevas, nuevos medios, tecnologías y soportes. Esto requiere muchas más horas de trabajo, pero merece la pena. La marca personal es muy importante.

Además se tiene que tener un perfil financiero, pendiente del ROI y del valor de negocio de su cartera de productos.

Y ser capaz de salir de la zona cómoda y pensar diariamente qué puede hacer para superar las expectativas de sus clientes y cómo puede sorprenderles. Y descubrir nuevas vías de comercialización, explorar nuevos mundos y por supuesto utilizar la creatividad en toda su amplitud y áreas.