La actividad física salva vidas

Junto con una alimentación sana, el ejercicio físico es uno de los dos pilares de una vida saludable. Para aquellos que no pueden realizar un ejercicio físico por tiempo o cualquier otro motivo, un reciente estudio revela que la actividad física de nuestra vida cotidiana también es buena para la salud.

El hecho de moverse no solo implica entrenar

Solemos asociar el ejercicio físico con nuestro tiempo de ocio, y además con practicarlo de forma organizada, con un método, unos tiempos y unos objetivos. Así es como muchos estudios han analizado hasta ahora sus beneficios.

Para toda aquella gente que por distintos motivos o razones no hace deporte, un estudio publicado recientemente en la revista The Lancet analizaba precisamente esta cuestión, y concluía que cualquier actividad física que nos ayude a alcanzar los mínimos recomendados de 30 minutos al día o 150 minutos a la semana tiene un efecto protector sobre la salud cardiovascular y la muerte prematura.

Cuánto más te muevas mejor, no te conformes con el mínimo

Los beneficios de hacer ejercicio siguen aumentando a medida que se hace más tiempo sin que parezca haber un tope: las personas que hacen más de 750 minutos de andar ligero a la semana reducen el riesgo de muerte un 36%, un tiempo que solo el 3% de los participantes alcanzaba haciendo ejercicio en su tiempo de ocio, y sin embargo un 38% de los participantes lo cumplía en actividades cotidianas tales como ir andando a trabajar, con un trabajo físicamente activo o haciendo tareas domésticas.

Esto señala que para disfrutar plenamente de los beneficios de la actividad física, no conviene limitarse al gimnasio, sino que hay que incorporarla a la vida diaria: no todos tenemos tres horas al día para dedicarlas al gimnasio, pero sí podemos aumentar el tiempo de actividad si lo incorporamos a nuestras rutinas diarias.

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