Tomar consciencia de dónde venimos, del momento en el que nos encontramos y de hacia dónde vamos es inevitable para poner los medios y las herramientas del camino.
En los tiempos que corren, la evaluación por competencias está a la orden del día. La formación teórica es de gran importancia durante la carrera universitaria, pero también lo es la educación informal. Toda actividad que pueda sumar conocimientos al alumnado será bienvenida y en este caso, el desarrollo de habilidades, asciende el currículum.
La competencia es la capacidad de poner en práctica determinadas habilidades, conocimientos, valores y actitudes, relacionados entre sí, para desempeñar satisfactoriamente una labor de forma evaluable. Así pues, las competencias pueden ser evaluadas según el acto ejercido y su consecución se consigue de forma gradual en el tiempo.
En el momento en el que el estudiante recibe formación por competencias, empieza a desenvolverse de manera más dinámica. Cuando uno aprende a identificar sus debilidades y fortalezas y las situaciones en que las manifiesta, es cuando puede comenzar a desplegar sus defectos y así, generar nuevas potencialidades. La confianza que emanará de dichos actos les permitirá construir nuevas metas y consolidar sus objetivos.
La evolución personal y el desarrollo continuo de la persona, evidencian que estos métodos de aprendizaje son relevantes. En cuanto el estudiante se inicia en el mundo empresarial, es a través del autoconocimiento cuando el ejercicio de los actos es coherente y los valores congruentes con uno mismo y si se da el caso, con la institución perteneciente. Con ello, podrá cimentar adecuadamente los pasos de su carrera profesional.
La selección por competencias está siendo un arte y son los reclutadores los que mueven lápiz y papel. Por ello, durante el proceso de selección, es cuando el beneficiario puede iniciar su primera obra natural. Durante la entrevista, además de las preguntas habituales, pedirán al candidato la descripción y justificación de sus habilidades mediante situaciones que haya vivido con anterioridad.
Antes de la consecución del primer empleo, el estudiante podrá constatar sus conocimientos durante el periodo de prácticas. Es aquí donde surge la primera oportunidad para demostrar la teoría aprendida pero también sus habilidades, ya sean comunicativas, de organización y gestión o personales. El modo en el que actúe y trabaje con la empresa, podrá convertirse incluso en un primer periodo de selección.
Para los empleadores, también es de ayuda que los candidatos presenten una acreditación de sus competencias. Aún y así, para los estudiantes es todavía de mayor importancia obtenerla. No solamente por lo comentado, sino porque les ayudará a evaluar su nivel o grado de las mismas. Hace tiempo ya que se vienen evaluando las competencias técnicas, como las informáticas o las lingüísticas. Ahora es el momento de acreditar las competencias sociales y personales.
Con todo, el alumno podrá empezar a danzar sobre las bases de su futuro, una vez se conozca y comprenda cuál es su objetivo y/o fin personal y profesional. Tomar consciencia de dónde venimos, del momento en el que nos encontramos y de hacia dónde vamos es inevitable para poner los medios y las herramientas de nuestro camino. El desarrollo personal es el motor que le ayudará a conseguir ser quien quiere llegar a ser.