¿Por qué la Inteligencia Artificial afectará a mi trabajo?

Los nuevos softwares inteligentes se han desembarazado de la mayor limitación que tenían para crecer, el ser humano

Las posibilidades son inmensas y desafían el mundo laboral tal y como lo conocemos

La Inteligencia Artificial está de moda. Los medios de comunicación explican con regularidad en qué nos afectan los últimos avances de este área de la computación que a menudo y sin saberlo utilizamos a diario. Desde nuestra última búsqueda en Google a cuando hablamos con nuestro asistente de voz con el smartphone o cuando “cazamos” la canción que suena en el hilo musical de una sala de espera con aplicaciones como Shazam estamos haciendo uso de una inteligencia artificial que no sólo nos ofrece un servicio sino que también aprende de nuestra interacción con ella.

Técnicas como el aprendizaje automático y el aprendizaje profundo han desprendido a los softwares inteligentes de su mayor limitación: el ser humano. Ya no le decimos a las máquinas qué deben hacer, sino qué deben aprender. Gracias al vertiginoso desarrollo de la capacidad de los ordenadores en los últimos años hemos podido aplicar estas técnicas que, aunque no son nuevas, se habían aparcado porque necesitaban de un músculo tecnológico con el que no se contaba.Las posibilidades son inimaginables.

Volviendo al gigante de las búsquedas por internet, Google recibe 1.000 millones de peticiones diarias de búsquedas que soluciona eficientemente, cada día mejor. El algoritmo del buscador no sólo ofrece una respuesta, sino que valora la calidad de esa respuesta y aprende sin la intervención humana del uso que le damos a ese resultado. Cuando una inteligencia artificial aprende de millones de interacciones diarias con humanos, con el tiempo supera las capacidades humanas de manera clara. El reconocimiento facial que usa Facebook para etiquetar nuestras fotos con nuestros amigos acierta en un 97,5%, el ser humano se queda en el 95%.

Sin duda esta (re)evolución va a traer consecuencias en el mercado laboral y habrá que esperar a valorar el impacto que significará en cuanto a pérdida de puestos de trabajo y apertura de nuevas posibilidades. Las inteligencias artificiales desafían a perfiles profesionales en los que hasta ahora el ser humano se creía singular e inalcanzable: tomas de decisiones y estrategias creativas. Nadie está a salvo y la situación nos obliga a repensar el sistema laboral tal y como lo conocemos.

La Unión Europea ya está definiendo una serie de medidas legislativas para paliar el impacto valorando incluso que estas inteligencias sean “personas tecnológicas” con el objetivo de que tengan que hacer frente a impuestos del trabajo como el IRPF. Se habla de la renta básica universal como una manera de evitar conflictos sociales y Alemania está introduciendo jornadas de trabajo compartido.

Se hace más necesario que nunca acercar a las personas que aún no participan del salto de la inteligencia artificial a este fenómeno. En este sentido, el máster universitario en Comunicación Digital y Nuevas Tecnologías de la Universitat ha organizado los días 21, 22 y 23 la Digital Communication Week que, precisamente, este año explora los retos de la inteligencia artificial con un cartel de expertos de nivel. Con exclusividad para la comunidad universitaria, el industry manager de Google España hablará sobre cómo ha afectado esta tecnología al buscador. La segunda jornada y ya con puertas abiertas el director de Inteligencia Artificial del CSIC, Ramón López de Mántaras, abordará los retos de futuro de esta tecnología; y la tercera jornada será el turno de las organizaciones: Carla Cuesta Reig, Innovation Product Manager de Telefónica Innovation y Didac Angulo Montserrat, head of new technologies and monetization en imaginBank abordarán el impacto que está teniendo la inteligencia artificial en sus empresas.

La denominada Cuarta Revolución Industrial está en plena expansión. Los expertos señalan que no será como las tres anteriores, ya que no se garantiza que la pérdida de activos laborales derive en la creación de otras necesidades. Formar parte de este cambio se antoja imprescindible.

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