Empresas sostenibles en la Unión Europea, año 2025

La gestión de la sostenibilidad, además de formar parte de las características de toda dirección de empresas actual, es objeto de atención creciente, en especial por la nueva regulación en la Unión Europea.

En un “post” anterior ya tratamos de la incidencia de las Directivas europeas en cuanto a la información que deben ofrecer las empresas en materia de sostenibilidad, en concreto nos referíamos a la Corporate Sustainability Reporting Directive (CSRD) y la Corporate Sustainability Due Diligence Directive (CS3D), además de la que ya estaba vigente conocida como EU Taxonomy, sobre calificación de actividades desde el punto de vista medioambiental y su financiación desde las entidades financieras.

Este texto se escribe a pocos días de finalizar marzo de 2025 y se espera que a principios de abril el Parlamento Europeo debata y vote una nueva norma que conocemos bajo el nombre de “Omnibus Simplification Package” que tendrá, seguramente, como consecuencia una racionalización de exigencias y una revisión de calendarios de entrada en vigor de las Directivas citadas. La finalidad es propiciar que las empresas europeas, además de sostenibles, sean innovadoras y se mantengan competitivas.

Sabemos que las posiciones entre los distintos “stakeholders” son muy diversas. Para unos significa renunciar, en parte, a que las empresas deban asumir una obligación de informar que lleve a cambios en los niveles de exigencia en sus cadenas de valor, en temas de clima y derechos humanos, mientras que para otros, la simplificación no aportará racionalidad suficiente y todavía quedará mucha carga burocrática con la que cumplir, sin mejorar la situación, veremos que resulta de todo ello.

En breves días dispondremos de mayor información y volveremos sobre ello en este Blog que siempre ha tenido como objetivo ofrecer información desde un departamento universitario muy cercano a la realidad de la economía y de la empresa.

De todas formas, cualquiera que sea el alcance de las correcciones o modificaciones que en Europa se promuevan sobre la información no financiera (o en materia de sostenibilidad), la gestión de la empresa debe incorporar al medio ambiente, el factor humano, su progreso y la calidad del buen gobierno como herramientas estratégicas de la máxima importancia.

No se trata de una opción, es una necesidad. La gestión empresarial basada en la sostenibilidad, es decir que el uso de recursos no implique una hipoteca medioambiental para las próximas generaciones, es algo consustancial a la función de dirigir en el siglo XXI.

Dirigir es una profesión que tiene complejidad, hacer que una empresa se mantenga en beneficios tiene una elevada exigencia, dirigir es un servicio a la sociedad.

Recordemos que Peter Drucker (1909-2005) ya destacaba que lo primero para una empresa es hacer beneficio, sin el cual no hay empresa, pero nos decía también que el beneficio para una empresa es como el aire que respira una persona, sin él no puede vivir, pero no puede vivir solamente con respirar.

 

 

Marzo 2025

Departamento de Empresa y Economía

Universitat Abat Oliba CEU

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