Método para conseguir romper con los hábitos que nos entorpecen

Tenemos como tradición iniciar “la vuelta al cole”, renovando armario, preparando el material y trabajando para conseguir aquello que nos propusimos el año anterior. Con el inicio del curso académico, son muchos los estudiantes que se plantean realizar un cambio de hábitos.

Como en los propósitos de año nuevo, queremos consagrar aquel listado de cosas que nos quedaron pendientes. Si nos ponemos a generalizar, se da más importancia a “cómo nos verán” que al cultivo de nosotros mismos. Corremos para hacernos con abultados materiales que no van a cambiar la habituación presupuesta. Si seguimos incluyendo las mismas aspiraciones en el listado, tal vez sea hora de dar el salto.

El método para conseguir romper con los hábitos que nos entorpecen y construir otros nuevos es sencillo:

  1. Establecer cuáles son nuestros quehaceres diarios y qué es lo que queremos mejorar puede ser un punto de partida. Reflexionar sobre aquello cotidiano puede ayudarnos a lograr el cambio que deseamos. Podemos iniciar la marcha confeccionando un listado de lo que obstaculiza nuestro objetivo.
  2. No es necesario empezar a dejar ir nuestros hábitos de forma conjunta. Más vale centrarnos en uno en particular y una vez creamos tenerlo establecido, pasar al siguiente. No es fácil acabar con las rutinas y es preferible que el inicio sea pausado, lo importante, es pasar a la acción.
  3. Es indispensable acomodar el procedimiento de forma progresiva. Es decir, más vale ir de menos a más e ir ajustando diariamente o semanalmente la evolución sobre el rendimiento. De este modo, podremos sentirnos más cómodos con la modificación.
  4. Una vez quede instaurado el nuevo hábito, debemos mantenerlo en el tiempo. Evaluar si el cambio realizado se ajusta a nuestras expectativas finales nos ayudará a ver en qué medida lo ha sido para nuestro beneficio. Llegados a este punto, la clave será ser constantes y repetir la acción cuantas veces haga falta en el tiempo.
  5. Cuando hayamos permanecido perseverantes ante la costumbre, esta se convertirá en un acto automático. Es aquí donde nos podremos centrar en cualquier otro de los hábitos pendientes de nuestro listado y…. ¡volver a empezar!

¿Parece sencillo verdad? Para cada persona, y dependiendo de sus recursos el procedimiento será distinto. Los mejor de todo es que una vez hemos cambiado un primer hábito, las herramientas que generamos al realizarlo, amanecen, y con el paso del tiempo van creciendo.

Por ejemplo, leer más a menudo o practicar deporte con regularidad, son hábitos que mucha gente se plantea acrecentar. También existen otros como “tratar de ser menos impulsivo” o “no ser tan perezoso”. El consejo a seguir es el mismo, lo más importante es empezar.

Si todavía no lo has hecho, tomate tú tiempo, pero es importante que fijes una fecha en el calendario. Prepárate para que ese día tengas el espacio y la motivación suficiente para llevar a cabo tu reto. Debes comprometerte y aunque, al principio aparezcan incomodidades o te sientas extraño, enfócate en visualizar claro tu objetivo. ¿Ya lo tienes? ¡Entonces es hora de iniciar la búsqueda de nuevos resultados!

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