Empresas ágiles para afrontar los nuevos retos

“Agile” o bien, “Agility”, son palabras con las que nos encontramos quizá en exceso, referidas a nuevas formas de gestionar la innovación, la toma de decisiones y, en general dotar de dinamismo a procesos o sistemas a veces frenados por excesos de burocracia en las empresas y organizaciones de todo tipo.

Pero lo cierto es que en plena cuarta revolución industrial (Schwab, 2016), mientras las empresas centraban su atención en aplicar una transformación digital ordenada y compatible con un entorno previsible, nos sorprende un nuevo escenario provocado por el impacto del Covit-19 en nuestras sociedades.

Los planes estratégicos de las empresas, desde la última crisis financiera de 2008, ya tenían unos horizontes más cortos en general, pero la nueva situación obliga a una actuación más rápida y ágil que procure la adaptación a la coyuntura más inmediata.

Pero todo ello deberá hacerse sin que las compañías pierdan las capacidades que les serán necesarias en el futuro, cuando se recuperen los mercados y las economías vuelvan a crecer.

Todo ello no debe asociarse sólo a la actividad empresarial, o emprendedora, sino también a gran número de entidades y organismos, tanto públicos como privados, se necesita agilidad para avanzar.

La situación económica, derivada de la crisis sanitaria, obliga a centrarse en lo relevante y tiene como consecuencia que prestemos atención a la gestión ágil, a lo “agile” y a las metodologías que aporten velocidad de adaptación ante los cambios, aunque algunos sean temporales.

 

Una reciente encuesta entre directivos, organizada por los profesores de estrategia y marketing, Stéphane Girod y Goutam Challagalla, del IMD de Lausana, señalaba que para dos tercios de los participantes el concepto “Agility” era importante y relevante.

Mientras que para el otro tercio restante se trata de una palabra de moda, sin demasiado contenido, entendiendo “Agility” como una “buzz word” cuando se refiere a la gestión de empresas.

La diferencia entre ambos grupos seguramente es mas bien una cuestión semántica.

En la encuesta, se solicitó asociar la palabra “agile” a algunos de los siguientes términos, en inglés, todos ellos muy utilizados en textos de empresa, conferencias, seminarios, etc. Se podían indicar varios de los siguientes términos como sinónimos de “agile”:

  • Scrum
  • SAFe
  • DevOps
  • Being flexible
  • Design Thinking
  • Fast Adaptation
  • Lean Startup
  • Resilience

 

Quedaron francamente destacados tres de ellos

  • La adaptación rápida: 67%
  • Ser flexibles: 20%
  • Resiliencia: 7%

 

Seguramente muchos profesionales que, en la encuesta, consideraron “Agile” o “Agility” como palabras vacías, o simplemente de moda en el mundo de la gestión, se sumarían a considerar que la capacidad de adaptación, la flexibilidad y la capacidad de resistencia son fundamentales y se sumarían a conceder importancia a lo ágil.

Lo anterior es algo que nos indica que unas ciertas modas pueden llegar a confundirnos y alejarnos de lo que es esencial para la toma de decisiones en tiempos de urgencia y de confrontación con lo imprevisto.

Dentro de esas capacidades de adaptación rápida tiene un papel muy destacable la capacidad de organizar grupos de trabajo que gestionen -con agilidad- y desde diferentes perspectivas, lo importante para la empresa en cada momento.

Esos grupos deberán estar formados por personas que puedan aportar diferentes perspectivas, por especialidad, por conocimientos concretos y por experiencia, es decir grupos que incluyan un alto componente de diversidad profesional y generacional, sin que las cuestiones de jerarquía frenen la creatividad.

Gestionar empresas con metodologías ágiles es la única forma de confrontar lo inesperado, pero en esta circunstancia, la motivación y el sentido de pertenencia ganan todavía mayor importancia.

Conseguir altos niveles de compromiso, mediante el liderazgo transaccional en plenas turbulencias, hace que debamos reivindicar la profesión de dirigir como más cercana al arte que a la técnica.

 

Referencias:

Denning S. (2018) The Age of Agile. How Smart Companies are Transforming the Way Work Gets Done. New York. AMACOM-American Management Association.

Schwab, K. (2016) The Fourth Industrial Revolution. Geneva. World Economic Forum

 

Algunos términos mencionados en esta entrada del blog:

Scrum: Metodología de trabajo en proyectos que se basa e inspira en métodos aplicados al desarrollo de software

SAFe: “The Scaled Agile Framework” (abreviado: SAFe) es una metodología para aplicar en las organizaciones, y conseguir alinear y mejorar la colaboración entre grupos de trabajo.

DevOps: “DevOps” es un conjunto de prácticas que combinan el desarrollo de software y las tecnologías aplicadas a mejorar las operaciones a lo largo de la cadena de valor.

 

Nota: La imagen de apertura es de CEU Alumni

 

 

Departamento de Empresa y Economía

Mayo 2020

 

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