Creatividad e innovación, habilidades clave en la empresa del futuro

La innovación es el factor clave para para el progreso de las empresas, de las organizaciones y de la sociedad en general.

El economista Paul Romer —premio Nobel en 2018, junto a William Nordhaus— destaca en sus trabajos la importancia de la innovación como determinante del desarrollo económico. La acumulación de ideas y nuevas soluciones, llevadas a la práctica, son el vector clave del progreso.

La sociedad necesita personas innovadoras, organizaciones que fomenten la innovación y en ello las universidades y escuelas dedicadas a enseñar a dirigir, deben desempeñar un papel creativo y acelerador, lejos de esquemas, enfoques y valores que no son compatibles con el dinamismo de la economía del siglo XXI.

Como destaca Scott Berkun en The Myths of Innovation, todavía estamos muy condicionados por creencias que el tiempo ha demostrado equivocadas, pero que se mantienen.

Gracias a los innovadores se han producido muchos y destacables avances, como los ejemplos a los que ha dedicado su atención Walter Isacson (2011) (2015), pero la innovación es un proceso complejo, para el que deben darse, a la vez una serie de circunstancias y participar muchas personas.

Berkun destaca que la idea del inventor o creador solitario, muy arraigada en el imaginario colectivo, no nos deja ver la realidad.

Nos recuerda, lo ocurrido, por citar un caso conocido, con la interfaz gráfica en los ordenadores, muy asociada al nacimiento del primer Apple Macintosh en 1984.

En realidad, los primeros en investigar sobre ese gran avance para los usuarios fueron, diez años antes (¡!), los equipos humanos de las firmas Xerox y SRI Systems (Berkun, 2010, p. 73), pero fueron Steve Jobs y sus colaboradores —recordemos aquí el importante papel desempeñado por Steve Wozniak— quienes lograron que esa tecnología se convirtiera en innovación y, de innovación, en realidad útil y generadora de valor.

Hoy lo que vemos en una pantalla es lo que obtenemos después, lejos de esos monitores con códigos y textos sin formato ni posibilidad de edición, como eran antes de la innovación citada aquí a modo de ejemplo.

La innovación, en el caso anterior, necesitó del concurso de equipos, de empresas y de tecnologías, lejos de que la aportara una sola persona, no hubo «un inventor» del interfaz gráfico.

En las universidades, la formación para la innovación es urgente, es necesaria y su importancia crece cada día. Pero no es posible encasillar el proceso innovador en un esquema fijo y previsible.

Volviendo a Steve Jobs, es ilustrativo lo que publicó la revista Business Week en su momento, cuando, al propio cofundador de Apple le preguntaron en una reunión con directivos:

—“How do you systematize Innovation?”— (una pregunta lógica entre CEO´s y la comunidad empresarial).

Su respuesta fue:

—“You don´t”—

Tal como explica y valora Berkun:

«…this was not what readers of Business Week expected. But foolish questions often receive disappointing answers. Its nearly as absurd as a question as asking how to control weather or herd cats, because those approximate the lack of control and number of variables inherent in Innovation…» (Berkun, 2010, p. 44)

 

El esfuerzo necesario para innovar hace que las universidades y business schools deban incorporar a su oferta educativa formación en creatividad y en innovación, para que las habilidades de quienes van a dirigir empresas y organizaciones de todo tipo incluyan a la creatividad como algo natural, necesario y urgente.

Hace ya algunos años, en un intento de sistematizar y determinar qué características tenían las personas vinculadas a la innovación, tres autores, Dyer, Gregersen y Christensen (2011), después de un trabajo de campo exhaustivo, destacaron las siguientes:

  • Capacidad de asociación
  • Plantearse preguntas
  • Observación
  • Establecimiento de relaciones (networking)
  • Experimentación

Las actuales metodologías “agile” pretenden facilitar el camino de la innovación en las organizaciones. Son en gran parte una forma de vencer las barreras de tipo burocrático y jerárquico, algo que debe trabajarse a fondo desde los estudios de Grado, de Postgrado o MBA, en todas las especialidades.

 

Referencias:

Berkun, S. (2010) The Myths of Innovation. Sebastopol CA. O´Reilly Books

Dyer, J.; Gregersen, H.; Christensen, C. (2011) The Innovator´s DNA. Boston. Harvard Business Review Press

Isacson, W. (2011) Steve Jobs. Hachette Book Group

Isacson, W. (2015) The Innovators: How a group of hackers, geniuses and geeks, created the digital revolution. New York. Simon and Schuster

 

  • Imagen destacada: Microsoft Innovation Center

Septiembre 2020

Departamento de Empresa y Economía

Universidad Abat Oiba CEU

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