ESG: Ecológico, Social y Gobierno Corporativo

La unión de los tres conceptos que resumen las siglas EGS (Environmental, Social and Governance) nos lleva a un tema recurrente, ligado al porvenir de las empresas y de la economía de mercado en el siglo XXI.

La economía de mercado, se ha erigido en el único sistema económico viable que proporciona bienestar y progreso a los ciudadanos. Pero su permanencia, su aceptación, requiere que quienes tienen responsabilidades directivas introduzcan variables y estilos que aporten inclusión social y responsabilidad ecológica.

La prensa económica en los últimos días del año suele dedicar espacios a resumir lo acontecido, o a presentar previsiones y queda un poco a la espera del nuevo ejercicio, próximo a comenzar. El final de 2017 e inicio de 2018 sigue la citada pauta.

Pero en los contenidos de la prensa siempre hay un lugar para textos que aportan ideas originales, o bien tratan cuestiones que por su importancia merecen un comentario especial. Un ejemplo de lo anterior es el artículo Activists look to the ethics route for higher returns, de la columnista norteamericana Lindsay Fortado que escribe desde Nueva York para el Financial Times, publicado el 27 de diciembre de 2017.

Fortado, escritora especializada en fondos de inversión, dedica su texto a la importancia creciente de los grupos inversores que practican el “activismo” y que exigen a las empresas un conjunto de conductas determinadas, especialmente en medio ambiente, en los aspectos sociales y en especial en gobierno corporativo.

Unas conductas que ya cuentan con perfiles de rating, los llamados ESG (Environmental, Social and Governance) para calificar la orientación estratégica y políticas concretas de las empresas.

Fortado destaca las opiniones de varios CEO de Fondos de Inversión, tales como Cliff Robbins de Blue Harbour, Will Mesdag de Red Mountain y Nelson Peltz de Trian.

En general, los expertos citados destacan el valor creciente que se otorga a que las inversiones tengan un recorrido de más tiempo, es decir fondos que invierten en actividades en las que quieren permanecer durante un tiempo prolongado, es decir, en busca de un mayor compromiso.

Para la elección de las inversiones se utilizan índices de ESC en los que se incluyen características tales como la diversidad en los consejos de administración, la capacidad de retener a los empleados, las políticas medioambientales, la ética en las distintas fases de la cadena de valor, o el respeto a la privacidad y seguridad de los datos de clientes y empleados.

Muchos fondos de inversión valoran los factores ESC, no tanto por su mayor rentabilidad, sino por una menor exposición al riesgo y por lo tanto a costes inesperados.

Otros inversores, como destaca Robbins de Blue Harbour, consideran que lo más importante es la “S” dentro de el citado concepto de ESC, tiene que ver con la no discriminación por causa de género o cualquier otra, el tipo de cultura de la empresa, políticas hacia la mujer, o la integración de minorías.

Fortado señala que algunas investigaciones recientes destacan una correlación positiva entre la atención a las variables ESC y una mayor rentabilidad de las empresas que las tienen en cuenta. También cita una encuesta reciente, a cargo de la consultora Create-Research, en la que un 60 por ciento de fondos manifiestan que aumentarán su presencia en inversiones de carácter responsable durante los próximo tres años.

Todo lo anterior son señales claras de la necesidad de introducir los criterios ESG (Environment, Social and Governance) en la gestión de las empresas y de las organizaciones, como forma de compatibilizar el crecimiento con el desarrollo económico de carácter inclusivo.

Tener en cuenta criterios de ESG, implica, una mejor gestión de los recursos empresariales, un mejor control sobre el riesgo, el fomento de una actitud responsable en todas las áreas y dar importancia al largo plazo y a la estabilidad.

Economistas como Mankiw, destacan la necesidad de utilizar una mayor amplitud de criterios en la toma de decisiones, no solamente los de carácter económico, lo resume en la frase: “los economistas ofrecen información crucial para el proceso de formulación de la política, pero sus consejos no son más que uno de los ingredientes de la política”, según cita de Sobrados, (2016, p. 20).

La interacción entre progreso económico y demanda de una conducta empresarial propia de lo que se ha definido como “empresa ciudadana” constituye un debate abierto, al que autores de diversas procedencias dedican atención. Se trata de un progreso lento, de carácter dialéctico, no exento de críticas. Así el varias veces premio Pulitzer y columnista de The New York Times, Thomas L. Friedman escribe en uno de sus últimos libros: “La cantidad de tiempo, y la cantidad de argumentos utilizados en hacer que la gente ´sea consciente´ del problema entre energía y clima y solicitar gestos simbólicos sobre ello, está fuera de toda proporción respecto al tiempo y esfuerzos desarrollados para obtener una solución sistémica” (Friedman, 2006, p. 252).

Peter Drucker definía las responsabilidades de la profesión de dirigir, es decir el ejercicio del management, diciendo:

“La primera responsabilidad que tiene la dirección hacia la empresa con respecto a la opinión pública, la política y la ley, es considerar las demandas de la sociedad y cómo pueden afectar a la obtención de los objetivos empresariales. Es tarea de las personas que dirigen el saber encontrar un camino para convertir esas demandas, de amenazas o restricciones, en acciones y oportunidades para un crecimiento sólido…”  (Drucker, 1955, p. 456)

Desde los textos más actuales como el artículo de Lindsay Fortado, o el de Friedman, hasta autores clásicos como el estadounidense de origen austríaco, Peter Drucker se muestra la importancia de entender la gestión directiva como una actividad transformadora y de fuerte impacto en el bienestar de las personas y la evolución de la sociedad. Las siglas ESG, son un ejemplo más del compromiso y de la responsabilidad necesarias para dirigir en la sociedad del siglo XXI.

 

Referencias:

  • Drucker, P (1954) The Practice of Management. London. Pan Books
  • Friedman, Th. (2006) Hot, Flat and Crowded. Nueva York. Picador Publishing
  • Fortado, L. (2017) Activists look to the ethics route for higher returns. Financial Times. (27 December 2017) p. 13.
  • Sobrados, M. (2016) Política y Economía, una relación necesaria. Su estudio como áreas de especialización en el grado de periodismo. Capítulo primero de la obra colectiva Estudios de Periodismo Político y Económico. Madrid. Editorial Fragua.

 

Joaquín Solana Oliver

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