La firma de Consultoría y Auditoría, Deloitte, efectúa una encuesta sobre las expectativas de la generación joven en cuanto a su vida laboral.
Desde el ámbito de la empresa, los resultados de la encuesta son también de mucho interés, pues, como destaca Héctor Gutiérrez, presidente de la Fundación Deloitte, debe responderse a la pregunta «¿A quién estoy contratando?».
La generación actual de los jóvenes, los llamados Millennials, los nacidos a partir de 1983 (a veces dicho límite se sitúa en 1981) inician ahora su actividad laboral y formarán, en poco tiempo, más del 70% de la fuerza laboral.
Las plantillas estarán compuestas por cuatro generaciones distintas, lo cual se convierte en uno de los retos importantes para la gestión moderna de empresas.
Uno de los primeros aspectos que destacan de la encuesta, es la convicción que tienen los jóvenes, de que las empresas, pueden hacer más por la sociedad. En una proporción muy elevada, más del 50%, desean que las empresas para las que trabajen, adopten una gestión respetuosa con la sociedad y con el medio ambiente.
Los jóvenes critican la actuación de los gobiernos. Consideran que puede hacerse más, en especial en áreas como el desempleo, la escasez de recursos y la desigualdad de rentas.
Otro factor al que se concede una importancia fundamental, es la innovación, en un 78% de los casos. Las empresas del futuro deberán crear una cultura propicia al descubrimiento de nuevos productos o servicios.
Al encontrarse en la empresa varias generaciones, los jóvenes, piden contar con oportunidades para no quedar relegados por los mayores. Más de un 50% de los encuestados creen que sus propias organizaciones pueden hacer más por el grupo joven.
La generación de los jóvenes también apoya que los resultados empresariales se midan, además de por los datos financieros, por las mejoras aportadas a la sociedad. Desean que su labor aporte una verdadera diferencia. La generación de valor no debe ser sólo para el accionista sino para el conjunto de stakeholders que se relacionan con la empresa.
En momentos como los presentes, de salida de una larga etapa de dificultades económicas, no se presta suficiente atención a cómo gestionar la incorporación de los jóvenes en el mundo de las organizaciones.
Los nuevos profesionales acceden a las empresas y organizaciones con un perfil distinto del de generaciones anteriores y esta circunstancia condiciona las relaciones laborales, algo que empleado y empleador deberán tener en cuenta.
Tendrán una actitud más emprendedora, propia de un tiempo en que la seguridad del puesto de trabajo ha sufrido una revisión y el cambio entre empresas y empleos se considera natural y hasta cierto punto deseable.
La utilización, tanto en el ámbito personal como en el profesional, de potentes redes sociales, induce un cambio de conducta que las empresas deben conocer y valorar.
Para los Millennials son muy importantes la información y la transparencia. Desean integrarse en un proyecto laboral que les motive y del que formen parte de una manera activa, con la mirada puesta en los resultados a obtener, unos resultados económicos y sociales.
Quienes tengan la responsabilidad de contratar, dirigir y motivar a los jóvenes, deberán ofrecer expectativas realistas y creíbles, capaces de motivar a los equipos de trabajo, en los que participan los jóvenes.
Unos equipos compuestos, por profesionales de distintas generaciones y con trayectorias vitales diferentes.
En este contexto, la Dirección de Personas o mejor dicho toda la función directiva (en especial la Alta Dirección) deberá actuar con unos niveles de profesionalidad y buen criterio superiores.
Sobre la encuesta de Deloitte:
Realizada a un colectivo de más de 7.800 Millennials, es decir, nacidos en 1983, o después, con titulación universitaria y trabajando a tiempo completo. La muestra comprende a personas de distintos continentes y países que pertenecen a empresas y entidades de distintos tamaños.
Anexo:
DELOITTE (January 2014): Big demands and high expectations. The Deloitte Millennial Survey (Executive summary).
Joaquín Solana Oliver
(Economista)
25/02/2014