Formación empresarial en tiempos de disrupción

La disrupción tecnológica tiene una importancia creciente en nuestra sociedad debido a la aceleración generalizada de muchos procesos en que vivimos inmersos, de todo ello se derivan grandes retos para los sistemas educativos.

Dichos cambios (aceleración y disrupción) si bien reciben una atención creciente de los estudiosos y de las personas con responsabilidades directivas, deberán estar más presentes en la formación empresarial de calidad.

David Dinwoodie y David G. Altman del Center for Creative Leadership, en un artículo reciente (2018), destacan una serie de características que debe ofrecer la formación empresarial, entre las que pueden destacarse las siguientes:

  • Atender a los retos futuros. Es decir, no solamente enumerar y estudiar los posibles retos que se intuyen, sino dar las herramientas a los estudiantes para que puedan enfrentarse a ellos con una mayor probabilidad de éxito.
  • Enseñar a obtener resultados a corto plazo, pero también entrenar para sentar las bases de un crecimiento sostenible. Para ello ya no basta con ofrecer formación de calidad a quienes ocupan el primer nivel en las empresas, sino que la educación debe extenderse a toda la organización, precisamente para poder generar innovación en todas las áreas de la cadena de valor

Dinwoodie y Altman también destacan una serie de características deseables de las organizaciones contemporáneas y que deben formar parte de los programas educativos:

  • Reforzar y fortalecer la capacidad para afrontar el cambio
  • Las personas deben dominar y tener soltura con las herramientas digitales
  • Saber enfrentarse y saber gestionar la disrupción, derivada de la aparición de nuevos modelos de negocio
  • Aplicar un management con una visión distinta de lo que se entiende por rendimiento. Deberá ser más flexible, cambiando costumbres como las evaluaciones anuales de medición del desempeño, muy poco apreciadas por las nuevas generaciones de “millennials” en la forma en que se hacen en muchas empresas, todavía hoy.
  • Fomentar un estilo de liderazgo abierto, sin berreras, sin fronteras

 

Comentario:

Dentro de las prioridades formativas, es importante destacar las expectativas de la generación joven. Un ejemplo puede ser significativo, así, si nos referimos al área de dirección de personas en las organizaciones, se sabe que un joven prefiere tener “feedback” sobre su actividad laboral, con frecuencia, una frecuencia casi diaria, lo cual será un factor de motivación y de consecución de mejoras.

Algo muy alejado de los tradicionales “performance review” anuales que todavía se enseñan y practican, pero que nos alejan de la capacidad de gestionar la aceleración de la tecnología y la disrupción en los modelos de negocio en la sociedad de hoy y del futuro.

 

Referencias:

  • Dinwoodie, D.; Altman, D. (2018) El futuro de la formación para las empresas. Harvard-Deusto Business Review, nº 281.
  • Yeates, W. (2017) Millennials and Post-Millennials are helping to create a better world. The Huffington Post 17/12/2017.  (Acceso 26/9/2018)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *