Scalia: el debate en torno a la interpretación constitucional

En estos días, la figura del Juez Antonin Scalia vuelve a estar en los medios, pues el Presidente Trump ha propuesto para su sucesión al Juez Neil Gorsuch. Pero, en todo caso, lo relevante es que precisamente en el mes de febrero se ha cumplido un año de su fallecimiento, al que en este blog dedicamos ya algunas líneas. Scalia ha sido, sin duda, uno de los jueces norteamericanos de mayor relieve en la historia, y su figura en ese sentido se sitúa por muchos autores al nivel del Oliver Wendell Holmes jr. (1841-1935). Como Holmes, sus aportes son en ocasiones controvertidos, pero el debate al respecto no anula, sino que confirma sus méritos.

Un aspecto de la discusión, que se realza con la designación de Gorsuch, es su adscripción al denominado originalismo, que es una teoría de la interpretación de la Constitución que ha evolucionado y que no es sin más, pese a que algunos de sus más relevantes defensores sí mantienen posiciones en ese sentido, una visión conservadora del derecho. La primera idea del originalismo, que planteaba como objetivo el conocimiento de la “intención original” (original intention) no está muy lejos de los puntos de vista que han defendido como objetivo de la interpretación del derecho la voluntad del legislador, y que rechazaron los partidarios de la teoría objetiva de la interpretación en Alemania -entre los que se contaban Karl Binding o Adolf Wach- a fines del siglo XIX.

Scalia dio un nombre a su tesis, que definía como “textualismo”; no renunciaba al “sentido original del texto”, obtenido a partir de lo que “una persona razonable extraería del texto de la ley situada junto al resto del corpus iuris”. Con esta visión, que entendía como esenciales los fundamentos históricos en la formación del sistema legal, Scalia pretendía resolver los defectos del “original intent”, pero, sobre todo, resolver el principal defecto de las tesis no originalistas, que consideraba irreparable: “la imposibilidad de adquirir un consenso sobre lo que, precisamente, ha de reemplazar el criterio origina, una vez que éste se ha abandonado”.

El Profesor Robert P. George, que será investido Doctor honoris causa en la Universitat Abat Oliba CEU el próximo 23 de marzo, publicó en el Washington Post un artículo en ese sentido: “Ignorad los ataques a Neil Gorsuch: es un gigante intelectual – y una buena persona”.

En cualquier forma, el debate ha regresado a la primera plana de la discusión entre juristas, y es suficiente con contemplar la portada de la Harvard Law Review de 10 de febrero pasado, encabezada por un artículo de William Baude y Stephen E. Sachs sobre “The Law of Interpretation”, con una respuesta de Mark Greenberg. Ciertamente, su visión es distinta de Scalia; pero, como sucede en el caso de Holmes, lo que determina su calidad de jurista no es el asentimiento, sino la calidad del debate que sus ideas generan.
Obras citadas de Antonin Scalia

  • (1989) Originalism: The Lesser Evil, 57 U. Cin. L. Rev. 849
  • (1998) A Matter of Interpretation: Federal Courts and the Law (editado por Amy Gutmann), Princeton Univesity Press
  • (2012) Reading Law: The Interpretation of Legal Texts (escrito con BRYAN A. GARDNER), Thomson/West

Carlos Pérez del Valle
Catedrático de derecho penal,
Departamento de Derecho, UAO CEU

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