Robert P. George, fuera de peligro

El Profesor de Jurisprudencia de la Universidad de Princeton Robert. P. George, que fue ingresado hace unos días por causa de una disección aórtica, se encuentra fuera de peligro, según informan este pasado fin de semana The Christian Post[1] y The Washington Times[2].

Robert P. George lidera el Programa James Madison sobre “American Ideals and Institutions”, en la Universidad de Princeton. Es también Presidente de la Comisión Internacional del Departamento de Estado sobre Libertad Religiosa y, sin duda, uno de los pensadores católicos más influyentes en la actualidad en los Estados Unidos. De hecho, hace unos años Thel New York Times encabezaba un artículo referido a él como “Robert P. George: the Conservative-Christian Big Thinker”[3].

Robert P. George

Como se trata de una excelente noticia después de la preocupación que causó su ingreso hospitalario, quisiera felicitarle remitiéndome a uno de sus textos, en el que -pese a la brevedad- muestra una de sus características fundamentales: la argumentación incisiva a partir de una formidable capacidad de análisis del criterio que rebate. Se trata del texto de una conferencia pronunciada en octubre de 2012 en la Society of Catholic Social Scientists de Nueva York y tiene por título “Conscience and Its Enemies”[4] (tiene un libro con ese mismo título), y al abordar el tema de la objeción de conciencia del médico ante el aborto, critica la pauta de la Administración Obama, adoptada a partir de un informe del Comité de Ética del Colegio Americano de Ginecología y Obstetricia.

Subrayo y entrecomillo una de esas incisiones magistrales a las que antes me refería: “En la concepción de la medicina implícita en el informe, los fines de la medicina son, fundamentalmente, no la preservación y la restitución de la salud considerada como una realidad objetiva y un bien del ser humano, sino que más bien están referidos a la satisfacción de las preferencias personales de la gente sobre un estilo de vida” ¿Es necesario decir mucho más?

Hace unos días, ante la situación de riesgo para su vida, sus amigos norteamericanos reclamaban oraciones a través de las redes sociales. En todo caso, ahora pediremos para Robert George una rápida recuperación, porque a muchos también nos urge su regreso a la vida académica.

 

CARLOS PÉREZ DEL VALLE
Catedrático de Derecho penal
Departamento de Derecho
Universitat Abat Oliba CEU
Barcelona

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