Durante los días 23 y 24 de noviembre de 2015 se celebró en Barcelona el II Seminario InterUniversitario de Criminología (IISIUC), en la sede del Centre d’Estudis Jurídics i Formació Especialitzada (CEJFE) de la Generalitat de Catalunya. Organizado por la Sociedad Española de Criminología (SECRIM), el evento estaba dirigido a cualesquiera personas interesadas en el ámbito criminológico, y muy especialmente a estudiantes, investigadores y profesionales de las áreas implicadas (Derecho, Psicología, Sociología, Ciencias Políticas, Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, etc.). En este sentido, el carácter multidisciplinar del congreso fue la nota más destacada de las jornadas, que contaron con la participación de especialistas en materias como neurociencias, psicopatología criminal, mediación, seguridad vial, abuso sexual infantil, maltrato animal o seguridad privada.
Más aún, conviene resaltar muy positivamente el enfoque internacional del evento, que se materializó en una presencia virtual de ponentes desde Inglaterra y México, a través de dos videoconferencias en sendas sesiones. Como una institución que ofrece titulaciones en este ámbito de estudio, la Universitat Abat Oliba CEU colaboró de manera activa en la organización del Seminario, y estuvo doblemente representada en el congreso. En efecto, por un lado el profesor Dr. Àngel Cuquerella (que imparte la asignatura de «Medicina legal») intervino en la mesa redonda de expertos titulada «Psicopatología criminal: delitos violentos en el contexto de enfermedad mental»; por otra parte, nueve alumnos del Grado en Criminología asistieron como participantes, gracias a una beca de la UAO CEU.
A modo de resumen, estas jornadas sirvieron sin duda para poner sobre la mesa muchas de las cuestiones candentes en la discusión criminológica actual. Por ejemplo, el Dr. Luis Moya (Universitat de València) recordó la importancia de los factores biológicos en la determinación de la futura conducta antisocial de los sujetos con problemas adaptativos, y animó a seguir adelante en la investigación de las neurociencias como una herramienta necesaria para la prognosis propia del criminólogo. Por otra parte, el Dr. Miguel Ángel Soria (Universitat de Barcelona) puntualizó que no se puede establecer de manera inmediata una conexión genérica entre las agresiones interpersonales y la psicopatología, pero al mismo tiempo alertó del escaso éxito que tiene el tratamiento médico de las enfermedades mentales en los delincuentes violentos.
En otro orden de cosas, el Dr. Carlos Villagrasa (UB) recomendó el uso de la mediación penal como mecanismo de solución extrajudicial de conflictos en el que la investigación criminológica puede aportar recursos valiosos, y lamentó una insuficiente transposición en España -en la reciente Ley 4/2015, de 27 de abril, del Estatuto de la víctima del delito- de los preceptos sobre justicia restaurativa contenidos en la Directiva 2012/29/UE. Finalmente, cuatro sesiones sirvieron para orientar a los asistentes sobre posibles áreas de práctica profesional en el futuro; por ejemplo, Patricia Puente (Universitat Pompeu Fabra) abrió el campo de la seguridad privada, Tanya Wyatt (University of Northumbria) exploró el comercio ilegal de especies protegidas, y Angus Nurse (University of Middlesex) y José María Pérez Monguió (Universidad de Cádiz) se centraron en los delitos de maltrato animal.
Arturo González de León
Profesor de Derecho penal y Criminología